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A dos meses: Nueva movilización exigiendo justicia por Ramiro Dina
9 de abril, por Viedma — Juventud, Río Negro, Libertades Democráticas, Violencia policial, Río Negro, Viedma, Alberto Weretilneck, Policía de Río Negro, JSRN, Juventud, Río Negro, Libertades Democráticas, Violencia policial, Río Negro, Viedma, Alberto Weretilneck, Policía de Río Negro, JSRNEl domingo 9 de febrero de 2025, Ramiro Dina, un joven de 22 años oriundo de Carmen de Patagones, murió en la Comisaría 30 del barrio Guido de la capital rionegrina. Sus familiares, amigos del barrio y de su club, marcharon nuevamente por la ciudad.
Hoy se cumplen dos meses de una lucha incansable de las hermanas, padres y amigos de Ramiro, exigiendo justicia. Esta vez marcharon desde la Fuente Pucará de la costanera viedmense, pasando por todo edificio del poder judicial provincial y del poder político local y provincial que pudieron. Entre las consignas convocantes plantean: justicia por Ramiro Dina, muerto en custodia”. A lo que apuntan es a las graves responsabilidades del estado en la muerte de su hermano.
La marcha pasó por el Concejo Delibeante local, porque ni siquiera ante la propuesta de una mínima investigación del caso propuesta por una concejal al Ejecutivo local, el Intendente Marcos Castro con su bloque oficialista Juntos Somos Río Negro decidieron cajonearlo. Es parte de la línea que tiene el poder político local, que es la misma que tiene el poder político provincial de Weretilneck. Ya los proios familiares y amigos de Ramiro habían elevado al poder político la mínima exigencia de que se aparten a los policías implicados.
Como cuentan las hermanas de Ramiro, a pesar de que está detallado quienes fueron los agentes de la Policía de Río Negro implicados en la detención y posterior muerte de Ramiro, siguen patrullando con toda impunidad el barrio Guido donde está la Comisaría 30. Entre las movilizaciones que realizaron durante estos dos meses, una de ellas fue hacia el propio barrio Guido. Allí muchos vecinos y vecinas escucharon ese 9 de febrero los gritos y fueron testigos directos del arribo de la ambulancia a la Comisaría, durante la tarde de ese día. Incluso hay un video donde puede verse a Ramiro en el piso de la vereda mientras arribaba el vehículo médico. Las hermandas de Ramiro, Leonella y Guillermina, lo explican clarito: la Policía sigue actuando día tras día en el barrio, amedrentando a cualquier posible testigo.
En esta movilización, así como en cada una de las que emprendieron en estos 60 días, la familia de Ramiro expresó su mayor deseo: exigen justicia por Ramiro, pero también que no le pase a ningún pibe más. Y también hacen un llamado a la solidaridad: como la investigación no avanza, apelan a todo el barrio Guido, donde allí están los testigos directos de todos los atropellos que cometieron sobre la vida de Ramiro. Solicitan que se acerquen, que den su testimonio. Mientras la causa duerme en fiscalía y con los agentes policiales patrullando con impunidad, son los propio familiares quienes tienen que moverse para que la investigación avance.
Las inconsistencias del relato oficial sobre los hechos
El relato oficial, elaborado por la policía en los medios de comunicación en esas primeras semanas de febrero fue sufriendo varias modificaciones desde el día de la tragedia. En los primeros informes se hablaba de un robo cometido por Ramiro Dina cerca del kilómetro 9 de la Ruta Provincial 1, en Viedma. Según la policía, vecinos habrían alertado sobre el delito, lo que motivó la intervención policial. Sin embargo, conforme avanzó el reclamo de la familia se empezó a mencionar que Ramiro no estaba involucrado en un robo, sino que habría intentado huir al percatarse de la presencia de los oficiales. Este cambio de versión genera un primer punto de contradicción: si inicialmente se lo vinculó con un robo, ¿por qué luego se habla solo de resistencia a la autoridad? ¿Resistirse de qué sino hubo robo?
A medida que el caso tomaba notoriedad, más detalles fueron sumándose al relato oficial. Se indicó que Ramiro había estado alterado, posiblemente bajo los efectos de “alguna sustancia”; y asociando dicha “alteración” a supuestos altercados en el partido de fútbol que estaba viendo Ramiro junto a sus amigos del club. Pero hasta la propia liga barrial declaró que en ese partido no hubo ningún tipo de disturbios. Así, otra de las clásicas declaraciones estigmatizantes del aparato policial, sin respaldo de ninguna prueba, se cayó rápidamente.
La familia de Ramiro ha insistido en que él se encontraba en buen estado físico y no había mostrado comportamientos agresivos o anormales antes de su arresto. Y que cuando lamentablemente tuvieron que reconocer el cuerpo en la morgue, estaba todo golpeado. Señálese que la causa de la muerte según los primeros informes fue por un posible edema pulmonar, aunque aún esté pendiente el informe final. El fiscal José Chirinos, quien lleva adelante la investigación, aún a dos meses de los hechos, no ha aclarado nada de todo esto.
Cómo la familia reconstruye los hechos
El relato de la familia Dina ofrece una versión diametralmente opuesta a la oficial. Según Leonella, hermana de Ramiro, él no estaba alterado en ningún momento y no había mostrado signos de agresividad durante el partido de fútbol que se disputaba en la cancha de la Ruta 1. De hecho, los testimonios de varios vecinos que estuvieron presentes en el evento coinciden en que Ramiro no tuvo ningún conflicto en el lugar y no estuvo involucrado en ningún disturbio.
La familia Dina sostiene como hipótesis más firme que Ramiro fue golpeado brutalmente durante su detención y que los abusos continuaron en la comisaría. Según su versión, cuando fue bajado del patrullero y llevado a la dependencia, ya estaba visiblemente golpeado. Aseguran que, cuando los agentes lo llevaron a la comisaría, testigos escucharon gritos pidiendo que lo dejaran de golpear. Este relato es clave, ya que contrasta con la narrativa policial.
La denuncia de maltrato por parte de la familia Dina ha sido apoyada por diversos testimonios anónimos, que aseguran haber escuchado los gritos de Ramiro pidiendo auxilio. Sin embargo, estos relatos aún no han sido corroborados formalmente en la investigación. Lo que es indiscutible es que, en el proceso de detención y traslado, Dina sufrió una serie de lesiones que, según algunos testigos, no existían antes de la intervención policial.
Te puede interesar: "Esta lucha es por Ramiro, pero también para que esto no se vuelva a repetir"
En este contexto, el caso de Ramiro Dina no solo es un clamor de una familia rota por el dolor, sino también un reflejo de las tensiones sociales entre la policía y la comunidad de los barrios. El caso de Ramiro tiene similitudes con el que sucediera semanas antes en Villa Regina con Nacho Cerutti, lo que demuestra que la violencia institucional de la Policía de Río Negro es pan de cada día. A dos meses del inicio de esta lucha, lo que sí queda claro es que el estado es responsable.
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Muerte en la comisaría: a dos meses, nueva marcha por justicia para Ramiro Dina
9 de abril, por Viedma — Juventud, Río Negro, Libertades Democráticas, Violencia policial, Río Negro, Viedma, Alberto Weretilneck, Policía de Río Negro, JSRN, Juventud, Río Negro, Libertades Democráticas, Violencia policial, Río Negro, Viedma, Alberto Weretilneck, Policía de Río Negro, JSRNEl domingo 9 de febrero de 2025 el joven de 22 años oriundo de Carmen de Patagones murió en la Comisaría 30 del barrio Guido de la capital rionegrina. Sus familiares, amigos del barrio y de su club, marcharon nuevamente por la ciudad pidiendo que se sepa la verdad y se haga justicia.
Hoy se cumplen dos meses de una lucha incansable de las hermanas, padres y amigos de Ramiro, exigiendo justicia. Esta vez marcharon desde la Fuente Pucará de la costanera viedmense, pasando por todo edificio del poder judicial provincial y del poder político que pudieron. Entre las consignas convocantes plantean: "justicia por Ramiro Dina, muerto en custodia”. A lo que apuntan es a las graves responsabilidades del estado en la muerte de su hermano.
La marcha pasó por el Concejo Deliberante local, porque ante la propuesta de una mínima investigación del caso propuesta por una concejal al Ejecutivo local, el Intendente Marcos Castro con su bloque oficialista Juntos Somos Río Negro decidieron cajonearlo. Es parte de la línea que tiene el poder político local, que es la misma que el gobernador Weretilneck. Ya los propios familiares y amigos de Ramiro habían elevado a la intendencia la mínima exigencia de que se aparten a los policías implicados.
Como cuentan las hermanas de Ramiro, a pesar de que está detallado quienes fueron los agentes de la Policía de Río Negro implicados en su detención y posterior muerte, siguen patrullando con toda impunidad el barrio Guido donde está la Comisaría 30. Entre las movilizaciones que realizaron durante estos dos meses, una de ellas fue hacia el propio barrio. Allí muchos vecinos y vecinas escucharon ese 9 de febrero los gritos y fueron testigos directos del arribo de la ambulancia a la Comisaría, durante la tarde de ese día. Incluso existe un video donde puede verse a Ramiro en el piso de la vereda mientras arribaba el vehículo médico. Las hermanas de Ramiro, Leonella y Guillermina, lo explican claramente: la Policía sigue actuando día tras día en el barrio, amedrentando a cualquier posible testigo.
En esta movilización, así como en cada una de las que emprendieron en estos 60 días, la familia de Ramiro expresó su mayor deseo: exigen justicia por Ramiro, pero también que no le pase a ningún pibe más. Y también hacen un llamado a la solidaridad: como la investigación no avanza, apelan a todo el barrio Guido, donde allí están los testigos directos de todos los atropellos que cometieron sobre la vida de Ramiro. Solicitan que se acerquen, que den su testimonio. Mientras la causa duerme en Fiscalía y con los agentes policiales patrullando con impunidad, son los propio familiares quienes tienen que moverse para que la investigación avance.
Las inconsistencias del relato oficial sobre los hechos
El relato oficial, elaborado por la policía en los medios de comunicación en esas primeras semanas de febrero fue sufriendo varias modificaciones desde el día de la tragedia. En los primeros informes se hablaba de un robo cometido por Ramiro Dina cerca del kilómetro 9 de la Ruta Provincial 1, en Viedma. Según la policía, vecinos habrían alertado sobre el delito, lo que motivó la intervención policial. Sin embargo, conforme avanzó el reclamo de la familia se empezó a mencionar que Ramiro no estaba involucrado en un robo, sino que habría intentado huir al percatarse de la presencia de los oficiales. Este cambio de versión genera un primer punto de contradicción: si inicialmente se lo vinculó con un robo, ¿por qué luego se habla solo de resistencia a la autoridad? ¿Resistirse de qué sino hubo robo?
A medida que el caso tomaba notoriedad, más detalles fueron sumándose al relato oficial. Se indicó que Ramiro había estado alterado, posiblemente bajo los efectos de “alguna sustancia”; y asociando dicha “alteración” a supuestos altercados en el partido de fútbol que estaba viendo Ramiro junto a sus amigos del club. Pero hasta la propia liga barrial declaró que en ese partido no hubo ningún tipo de disturbios. Así, otra de las clásicas declaraciones estigmatizantes del aparato policial, sin respaldo de ninguna prueba, se cayó rápidamente.
La familia de Ramiro ha insistido en que él se encontraba en buen estado físico y no había mostrado comportamientos agresivos o anormales antes de su arresto. Y que cuando lamentablemente tuvieron que reconocer el cuerpo en la morgue, estaba todo golpeado. Señálese que la causa de la muerte según los primeros informes fue por un posible edema pulmonar, aunque aún esté pendiente el informe final. El fiscal José Chirinos, quien lleva adelante la investigación, aún a dos meses de los hechos, no ha aclarado nada de todo esto.
Cómo la familia reconstruye los hechos
El relato de la familia Dina ofrece una versión diametralmente opuesta a la oficial. Según Leonella, hermana de Ramiro, él no estaba alterado en ningún momento y no había mostrado signos de agresividad durante el partido de fútbol que se disputaba en la cancha de la Ruta 1. De hecho, los testimonios de varios vecinos que estuvieron presentes en el evento coinciden en que Ramiro no tuvo ningún conflicto en el lugar y no estuvo involucrado en ningún disturbio.
La familia Dina sostiene como hipótesis más firme que Ramiro fue golpeado brutalmente durante su detención y que los abusos continuaron en la comisaría. Según su versión, cuando fue bajado del patrullero y llevado a la dependencia, ya estaba visiblemente golpeado. Aseguran que, cuando los agentes lo llevaron a la comisaría, testigos escucharon gritos pidiendo que lo dejaran de golpear. Este relato es clave, ya que contrasta con la narrativa policial.
La denuncia de maltrato por parte de la familia Dina ha sido apoyada por diversos testimonios anónimos, que aseguran haber escuchado los gritos de Ramiro pidiendo auxilio. Sin embargo, estos relatos aún no han sido corroborados formalmente en la investigación. Lo que es indiscutible es que, en el proceso de detención y traslado, Dina sufrió una serie de lesiones que, según algunos testigos, no existían antes de la intervención policial.
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En este contexto, el caso de Ramiro Dina no solo es un clamor de una familia rota por el dolor, sino también un reflejo de las tensiones sociales entre la policía y la comunidad de los barrios. El caso de Ramiro tiene similitudes con el que sucediera semanas antes en Villa Regina con Nacho Cerutti, lo que demuestra que la violencia institucional de la Policía de Río Negro es pan de cada día. A dos meses del inicio de esta lucha, lo que sí queda claro es que el estado es responsable.
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Denuncian trabas en la causa por el crimen de Fernando Gómez a manos de Gendarmería
4 de abril, por Salta — Política, Salta, Libertades Democráticas, Gendarmería, Patricia Bullrich, Gustavo Saénz, Represión, Política, Salta, Libertades Democráticas, Gendarmería, Patricia Bullrich, Gustavo Saénz, RepresiónEste jueves se realizó una conferencia de prensa en la que el abogado de la familia del joven bagayero asesinado en diciembre en Orán informó detalles de la causa judicial. Hay cinco gendarmes imputados, pero están libres y no se atienden los pedidos de la familia de la víctima.
Este jueves a las 10 en el Café Los Tribunales del centro de la ciudad de Salta, el abogado de la familia del bagayero asesinado el pasado 18 de diciembre, doctor Gonzalo Ramos, brindó una conferencia de prensa para comentar en qué estado está la causa, acompañado por referentes de organizaciones sociales como CUBA/MTR, Polo obrero, Rosa Ahuerma (referente de trabajadores informales) y por referentes políticos como Pablo López del Partido Obrero y Daniela Planes del PTS, ambos integrantes del Frente de Izquierda que acompañan el pedido de justicia.
La brutal represión en Salta, que creció en los últimos meses en el marco del llamado Plan Güemes implementado por el gobernador Gustavo Sáenz y la ministra de Seguridad Nacional Patricia Bullrich para pasar el ajuste, llevó al asesinato del joven Fernando Gómez y varios heridos.
Durante la conferencia de prensa, el abogado Ramos remarcó todas las trabas que se impusieron a la causa. Tres meses y medio después del asesinato de Fernando, el fiscal federal Marcos Romero imputó a cinco gendarmes integrantes del Escuadrón 20 de Orán.
La jueza federal Ivana Soledad Hernández acusó a los gendarmes por "homicidio en riña o en el marco de una agresión", una figura que prevé una pena leve (de dos a seis años de prisión), por lo que no pidió la detención de éstos, mientras se rechazó el pedido de la familia de imputar a los gendarmes por homicidio agravado y de que quedaran en prisión preventiva.
Ramos señaló que existen diversas maniobras que buscan hacer pasar el asesinato de Fernando Gómez como un enfrentamiento entre bagayeros, buscando mayor impunidad para las fuerzas represivas comandadas por Bullrich, e insiste en su responsabilidad en el crimen.
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Cuarentena represiva: condenan al policía Germán Bentos por el crimen de Alan Maidana en 2020
4 de abril, por Quilmes — Política, Libertades Democráticas, Provincia de Buenos Aires, Alan Maidana, Política, Libertades Democráticas, Provincia de Buenos Aires, Alan MaidanaEste jueves el efectivo de la Policía Federal fue declarado culpable del asesinato del joven de 19 años, ocurrido en 2020 durante las restricciones violentas decretadas por el gobierno nacional de Alberto Fernandez y el provincial de Axel Kicillof y Sergio Berni. La condena se conocerá el 9 de abril.
La familia y amigos de Alan Maidana, junto a las y los testigos, se encuentran dando la última batalla en el marco judicial de esta pelea, que con pruebas irrefutables como la autopsia demuestran que el crimen del joven de 19 años fue un claro caso de gatillo fácil. Una ejecución sumaria o pena de muerte de hecho. Algo que, al menos formalmente, en este país es ilegal.
Este jueves 3 de marzo se conoció la sentencia en el juicio contra el miembro de la Policía Federal Germán Bentos, acusado directo del crimen de Maidana. El proceso estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Quilmes, integrado por el juez Alberto Ojeda y las juezas Carolina Mingrone y Andrea Calaza.
En sus alegatos el fiscal Claudio Pelayo había solicitado una pena de prisión perpetua para Bentos, por considerar que se trató de un “homicidio agravado por ser un integrante de una fuerza de seguridad”. La defensa del policía, a cargo de Matías Iturburu, argumentó que el efectivo actuó en “legítima defensa”y pidió su absolución.
Finalmente el Tribunal declaró culpable al policía. El próximo miércoles 9 darán a conocer la sentencia.
Lucha contra la impunidad
El 24 de mayo de 2020 Bentos disparó por la espalda a Alan Maidana. Luego del crimen, amigos y amigas del joven de Berazategui convocaron a una primera movilización para el viernes 5 de junio y fueron acompañados con cientos de jóvenes que salieron juntos a cortar la Avenida Calchaquí.
También fueron parte de la movilización organizaciones políticas, sindicales y sociales solidarias que se sumaron desde el primer día a esta pelea, en un marco donde la cuarentena blindada venía arrojando un gran saldo de jóvenes asesinados por las fuerzas represivas. Según Correpi, en todo ese año 411 personas perdieron la vida a manos de las diferentes fuerzas represivas nacionales y provinciales. Uno de los casos más emblemáticos es el de Facundo Castro en el sur de la provincia de Buenos Aires.
En Berazategui, además, las y los jóvenes ya venían manifestando que había una sistemática persecución policial por “portación de rostro” o de “vestimenta” en las inmediaciones de sus barrios.
En el marco de la cuarentena blindada, que hizo crecer esa violencia policial al darle más poder de control y de fuego a las fuerzas, la juventud impulsó un importante movimiento de denuncia que incluyó a muchas familias de los barrios obreros y populares que se expresaron en las calles y en las redes, contra el gatillo fácil pero también contra la discriminación.
Las y los pibes merecen justicia
Las pibas y los pibes armaron sus banderas, organizaron el recorrido de la marcha que arrancaba en Avenida Varela y 114, en ese mismo lugar donde vieron cómo le arrancaban la vida a Alan, su amigo. En esa cortada donde recibieron una balacera de más de cinco disparos, donde la ambulancia no entró y donde sus amigos tuvieron que arrastrar el cuerpo hasta la Avenida Varela.
El 24 de junio, a un mes del crimen, familiares y amigos de Alan organizaron la segunda marcha, redoblando la apuesta de salir a las calles con un amplio apoyo de la comunidad, incluyendo la adhesión de la Secretaría de Derechos Humanos de Suteba Berazategui. Al día siguientes se logró el primer triunfo de la lucha colectiva: se dictó la prisión preventiva para el policía Bentos.
Los seres queridos del joven de 19 años no estuvieron solos. Lograron coordinar con otras familias de víctimas de gatillo fácil como Omar Sigarán, Fernando Leguizamón e Ignacio Seijas. Carla Lacorte, víctima de gatillo fácil en 2001 y referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), también acompañó a la familia de Alan en múltiples acciones, incluyendo una audiencia pública en el Congreso junto a familiares y víctimas de la represión de todo el país que fueron acompañados por la Madre de Plaza de Mayo (Línea Fundadora) Nora Cortiñas y diputados del Frente de Izquierda como Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Romina del Plá.
Desde 2020 la familia de Alan integra la Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil que se realiza anualmente en La Plata y la Ciudad de Buenos Aires. Sus padres Mariana y Matías desde el principio están convencidos de que se va a hacer justicia.
En momentos donde el gobierno de Javier Milei y Patricia Bullrich despliegan enormes operativos de fuerzas federales para reprimir la protesta social, como a los jubilados todos los miércoles, y donde esas mismas fuerzas asesinaron a Fernando Gómez en Salta y a Ivo Torres en Jujuy, en la provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof propone una agenda de más mano dura, con más patrulleros y más cárceles, mientras la salud, la educación, el trabajo registrado y la vivienda se vienen transformando en algo prácticamente negado para la juventud trabajadora.
Ejemplos de lucha como el de Justicia Por Alan Maidana son los que hay que replicar para que la juventud se organice y salga a luchar en búsqueda de todos sus derechos.
Foto Enfoque Rojo
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Exalumnos del Colegio Dámaso Centeno piden renuncia del director por su apología del genocidio
3 de abril, por Carta de lectores — Política, Ciudad de Buenos Aires, Libertades Democráticas, Genocidio, Dictadura cívico-militar-eclesiástica, Jorge Rafael Videla, Ministerio de Defensa, Luis Petri, Política, Ciudad de Buenos Aires, Libertades Democráticas, Genocidio, Dictadura cívico-militar-eclesiástica, Jorge Rafael Videla, Ministerio de Defensa, Luis PetriJuan Vilarullo publicó en su estado de Whatsapp “en este 24 de marzo, para tu amigo ‘zurdito', alfajor ‘Jorgito'”, junto a una foto de Jorge Rafael Videla. Egresados del colegio dependiente del Ministerio de Defensa enviaron una carta a este diario en la que lo repudian y exigen que renuncie.
La semana pasada el director del Instituto Social Militar Dámaso Centeno, coronel del Ejército Juan Sancho Vilarullo, publicó en su estado de Whatsapp un meme con la imagen del clásico alfajor Jorgito intervenida. En lugar del dibujo de un niño que acompaña la marca, se ve la imagen del genocida Jorge Rafael Videla. Y la leyenda “En este 24 de marzo, para tu amigo ‘zurdito', alfajor ‘Jorgito'”. Videla, en la foto, está guiñando un ojo.
El mensaje, visible para todos los contactos de la máxima autoridad del colegio porteño dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación, causó gran indignación en docentes, trabajadores, estudiantes y egresados de la institución, que cuenta con los niveles inicial, primario y secundario. Además de responder al ministro Luis Petri, Vilarullo tiene en su despacho un retrato de Javier Milei colgado junto a otro de José de San Martín (o “Juan José”, como diría el Presidente).
Vale recordar que a principios de marzo docentes de los tres niveles realizaron un paro “histórico”, votado en asamblea, acompañado de un “abrazo solidario” de la comunidad educativa. Entre otros reclamos, se exige una recomposición salarial ya que están cobrando por hora cátedra la mitad de lo que se cobra en cualquier colegio del país.
La Izquierda Diario recibió una carta de lectores de parte de Ex Alumnos y Amigos del Dámaso Centeno , en la que cuentan de su indignación, reivindican a los 30.000 detenidos desaparecidos, denuncian que fue un genocidio y repudian las expresiones del director Vilarullo, además de pedir que renuncie a su cargo.
La carta completa
A los compañeros de La Izquierda Diario
Como todos los 24 de Marzo, los ex Alumnos y Amigos del Dámaso Centeno concurrimos a la Marcha por la Memoria, Verdad y Justicia; con nuestra bandera, recordando a lxs 30 mil compañeras y compañeros detenidos desaparecidos. Como así también a lxs secuestradxs del Instituto Social y Militar Doctor Dámaso Centeno, donde 13 alumnos y alumnas fueron asesinadxs por el Terrorismo de Estado de los años 70, entre ellos, el hijo de la Madre de Plaza de Mayo (LF) Taty Almeida. Contabilizando a hermanos y hermanas y sus parejas, un total de 19 compañeros y compañeras detenidxs desaparecidxs.
El Colegio está ubicado en Primera Junta, en el barrio de Caballito, se creó hace más de cien años como un asilo de huérfanos de familias militares y, con el tiempo, se convirtió en un tradicional colegio de la Ciudad de Buenos Aires donde también concurren hijxs de familias civiles.
Este colegio tuvo egresados famosos como Charly García, Nito Mestre, Ilda Lizarazu y la actual vicepresidenta de la Nación Victoria Villarruel.
Este último 24 de marzo nos informamos -nosotros, los exalumnxs-, que el actual director del Dámaso Centeno, Juan Sancho Vilarullo, coronel en actividad, compartió en su estado de Whatsapp una foto del alfajor Jorgito intervenida con la cara del dictador Jorge Rafael Videla y la expresión “En éste 24 de Marzo para tu amigo ‘zurdito' alfajor ‘Jorgito'”. El meme generó espanto entre los miembros de la institución educativa.
Nuestra Agrupación de ex Alumnos y Amigos del Dámaso Centeno por Memoria, Verdad y Justicia, repudia la actitud del director de la escuela y exige que semejante persona sea apartada de su cargo al frente de dicho instituto educativo.
Dicha actitud por parte del Director no deja de sorprendernos pues entre otras:
Existía un Centro de Estudiantes y ya no existe más No se conmemoró o se explicó a los alumnos y alumnas acerca del Día de la Memoria, como hacen todos los establecimientos educativos desde la escuela primaria hasta la secundaria, en todo el país. Un director que invitó a la vicepresidenta de la Nación Victoria Villarruel (ex alumna Promoción 1992), una negacionista absoluta y apologista de la dictadura cívico militar y clerical, para rendirle homenaje en la Escuela frente a los estudiantes. En el colegio y a partir del año 2006 se amuraron tres placas recordatorias con 8 de los 13 nombres de alumnos y alumnas detenidxs desaparecidxs, y algunos profesores comentaron que en ciertos momentos fueron tapadas con otros carteles. En el mes de febrero de 2025 el personal docente y no docente del Dámaso realizó por primera vez un paro por reclamos salariales, en un hecho inédito, único en la historia de más de cien años de la Escuela.Nos preguntamos: ¿qué piensa hacer el director si el día de mañana los docentes y no docentes realizan un nuevo paro reclamando mejoras salariales? ¿Les va a enviar un alfajor Jorgito intervenido?
También pedimos a los padres y madres, abuelos y abuelas de la escuela que tomen cartas en el asunto; no se puede tener a una persona así al frente de una institución educativa. ¿Qué podrá pasar con el alumnado si el día de mañana quieren volver a tener un centro de estudiantes o reclamar por el boleto estudiantil o por algún otro reclamo puntual? ¿Qué va a hacer el director? Una vez más, ¿les enviará un alfajor Jorgito intervenido?
Como Ex Alumnos y Amigos de la escuela Dámaso Centeno, repudiamos los dichos del director coronel Sancho Vilarullo y consideramos que debe renunciar a su cargo.
Algún día el Instituto Social y Militar Dr. Dámaso Centeno deberá pasar a la órbita del Ministerio de Educación, como así también todos los liceos militares del país.
Además insistimos en que:
Fueron 30 mil los compañeros y compañeras detenidxs desaparecidxs. Existió terrorismo de Estado. Fue un plan sistemático, para eliminar luchadores populares.A finales de 1975 las corrientes guerrilleras ya estaban muy golpeadas, pero continuaban las luchas en los cuerpos de delegados, comisiones internas (como la comisión interna de Mercedes Benz que luego desaparecería) y había un surgimiento de las Coordinadoras Interfabriles como las de Villa Constitución, coordinadoras en los centros fabriles de Rosario y la Matanza.
Ése fue el verdadero objetivo del golpe de Estado, cívico militar y clerical: eliminar a toda esa vanguardia luchadora para poder aplicar el plan económico de Martínez de Hoz, la clase pudiente del país y los Estados Unidos. Plan económico que se asemeja en nuestros días con el gobierno de Milei y sus acuerdos con el FMI.
Juan Sancho Vilarullo en su oficina, junto a un retrato de Javier Milei | Foto Soledad Aznarez - La Nación