Viernes 29 de septiembre de 2000

La justicia italiana lo libera

Vuelve Olivera al paraíso de la impunidad

Mientras se esperaba la resolución sobre la extradición a Francia del Mayor Jorge Olivera, la justicia italiana tomó una decisión indignante: dejarlo en libertad tras la presentación de un certificado -trucho- de defunción de Marie Anne Erize. Estos honorables jueces pasan por alto detalles, como por ejemplo que además de asesinada, la joven fue secuestrada, torturada y violada.
Uno puede preguntarse cómo un asesino y torturador de obreros y luchadores, que reivindica el genocidio y se vanagloria de haber sido parte activa de la dictadura puede estar en libertad. Esa pregunta tiene una sola respuesta: el pacto de impunidad que sellaron la Alianza y el PJ que, tras la sanción de las leyes e indultos del perdón, salvó a los asesinos de la dictadura y les lavaron las culpas de haber torturado, asesinado y hecho desaparecer a 30000 luchadores obreros y populares. Por eso Olivera vuelve tranquilo a la Argentina, porque saben que es el mejor refugio, el paraíso de la impunidad, donde estas ratas se cobijan al calor del perdón que les han otorgado radicales y peronistas.
Suspiraron aliviados De la Rúa, Menem, López Murphy, Brinzoni y todos los que defienden el principio de territorialidad solamente cuando tienen que salvar a los asesinos.

LA JUSTICIA DE LA FIAT

Somos miles los que queremos ver a esta inmundicia y al conjunto de los genocidas pudrirse en la cárcel. Sin embargo, creer que la justicia italiana era quien iba a lograr esta aspiración no es más que una utopía. Estos abanderados del mani pulite, de las manos limpias contra la corrupción, mantienen en prisión a Toni Negri, dirigente de la izquierda radical que participó activamente en los sucesos revolucionarios del Otoño Caliente italiano del ’69 y a 180 presos políticos por los mismos motivos y pide la extradición de los cerca de 150 exiliados italianos en Francia. Varias organizaciones de izquierda y de DDHH italianas exigen una amnistía para los presos políticos; la única amnistía otorgada por Italia fue a los fascistas en el ’46, por iniciativa de Palmiro Togliatti, secretario general del PCI.
En su incansable "defensa de los derechos humanos" este país colaboró con las "misiones humanitarias" de los yanquis en Yugoslavia, poniendo al servicio de los bombeos y de la masacre al pueblo serbio la base de Aviano desde donde partían los aviones asesinos.
Existen además intereses económicos y militares comunes entre la Argentina e Italia que no conviene resquebrajar con temas conflictivos para las relaciones internacionales: mientras Olivera estaba detenido, venía al país el Ministro de Defensa italiano, interesado en apoyar a una empresa nacional en la licitación para la radarización de nuestras "vulnerables fronteras".
Un último detalle: el abogado defensor de Olivera en Italia, Augusto Sinagra, vinculado al ultraderechista Berlusconi, forma parte de la mafiosa logia P2, ligada a la derecha burguesa italiana, bancada con fondos del Banco Ambrosiano y del Vaticano y que supo contar con ilustres integrantes como López Rega y Suárez Mason, de quien el propio Olivera es abogado. Es lógico pensar que estas "buenas relaciones" fueron una ayudita para su regreso a casa.
¿En manos de la justicia de la Fiat, la Benetton, y los grandes capitales podía estar el castigo a un asesino y torturador? Ya lo dejaron en claro: NO.

EL UNICO CAMINO PARA ENCARCELARLOS ES LA MOVILIZACION

Porque compartimos la alegría de los familiares de las víctimas cada vez que un milico es detenido y porque queremos ver atodos los genocidas pagar por las aberraciones que cometieron, es que estamos a favor de que sean juzgados y que se pudran en cualquier cárcel sin importar de qué país y nos llena de júbilo cuando asesinos como Olivera, Cavallo o Pinochet son detenidos. Sin embargo, Pinochet volvió a Chile sin que Gran Bretaña le haya tocado ni un pelo y ahora Olivera se encuentra entre nosotros sin que pese sobre él condena alguna. Ante estos hechos volvemos a sostener categóricamente que no se puede seguir depositando la menor expectativa en que la justicia imperialista, que posa de progresista para limpiarse las culpas de sus sangrientos operativos, condene a los represores y torturadores. Confiar en que el castigo de todos y cada uno de los milicos llegará de la mano de la "presión" a la justicia europea es como creer que Liporaci va a terminar con la corrupción en la Argentina.

Toda pelea que quede restringida a los marcos y vericuetos de esta institución al servicio de los intereses de los grandes patrones, de los mismos intereses que llevaron al imperialismo a orquestar las dictaduras en América Latina, no hace más que llevar a vía muerta las justas aspiraciones populares de castigar a los genocidas y borra de un plumazo el único método que puede lograrlo: la movilización en las calles.
La justicia argentina cómplice de la impunidad del PJ y la Alianza, a lo máximo que ha llegado es a dictar ridículas prisiones domiciliarias a asesinos de la calaña de Videla y Massera. ¿Pueden estos jueces que se callaron la boca ante las leyes e indultos del perdón y que hoy encarcelan a luchadores como Castells y Alí, hacer JUSTICIA con los 2500 genocidas que están en libertad?
Sostenemos que la única justicia posible y verdadera es que todos y cada uno de los asesinos y sus cómplices estén tras las rejas y que para lograrlo es necesaria la anulación efectiva de las leyes e indultos de impunidad. Por eso decimos una vez más que el triunfo de esta lucha será sólo posible retomando el camino de las multitudinarias movilizaciones de años atrás, encabezados por el conjunto de las organizaciones obreras, que representan a la clase que fue el principal blanco del genocidio, junto a las organizaciones de derechos humanos, de la izquierda y de los miles que no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos.

29-09-00