Lunes 7 de agosto de 2006

Mobbing o Acoso Moral en el trabajo: ¿Es un fenómeno nuevo?

Las condiciones laborales de miles de trabajadores en toda la Argentina son terribles. Ello a causa de los bajos salarios, los ritmos de producción, la súper explotación, la precarización, y sobre todo, porque el trabajador resulta ser un objeto carente de derechos. El patrón se apropia no solo de lo que produce el trabajador - que es la base del sistema de explotación capitalista: que millones trabajen para que un pequeño grupo viva sin trabajar-, sino que además el patrón afecta directamente la salud de sus trabajadores. Miles de trabajadores sienten en sus cuerpos, en sus manos, en sus piernas, en sus pulmones, en su sangre, en su psiquis las consecuencias de las malas condiciones de trabajo.
En este marco, es que ha surgido hace poco tiempo lo que se ha conocido como “mobbing” o psicoterror laboral o maltrato laboral. Se define como un proceso de destrucción de la salud psico-fisica del trabajador que tiene como fin que el trabajador se discipline y, en caso contrario, abandone su puesto de trabajo, renuncie, se vaya. Este proceso que se va desarrollando en el tiempo puede generar en el trabajador, ansiedad, estados depresivos, stres, trastornos en el sueño, problemas gástricos, y en alguno casos ha derivado en el suicidio. Quienes lo llevan adelante son denominados “acosadores”, puesto que se define a esta situación como “acoso moral”.
Recientemente la Jurisprudencia del país y del mundo ha tomado nota de este fenómeno que afecta a millones de trabajadores en todo el mundo, y que se relaciona con la “violencia laboral” silenciosa, que puede consistir en humillaciones, traslados compulsivos, aislamiento social, no reconocimiento de los logros, quitar áreas de responsabilidad, separarlo de sus colaboradores mas cercanos, utilizar espacios de reunión para descalificar, humillar, desvalorización constante de la tarea, encargar trabajo en exceso, amenazas e intimidación, ejercer control a través del miedo, desgastar psicológicamente hasta conseguir que la víctima se autoexcluya, entre otras variadas y silenciosas formas de maltrato laboral. Se ha reconocido en pocos casos judiciales al “mobbing” como una especie de “daño moral” que equivaldría a un rubro mas en la indemnización por despido indirecto del trabajador. En el caso de Claudia Barrionuevo, psicóloga del Hospital de Junín de Los Andes que patrocinamos los abogados del CeProDH, se aceptó la vía del amparo para solicitar el cese del maltrato laboral.
La pregunta que cabe hacerse ante la visibilidad de este fenómeno: ¿es el mobbing algo nuevo?
Lo novedoso es que miles de trabajadores se sienten identificados con este proceso, porque los trabajadores en sus lugares de trabajo son desvalorizados, maltratados, humillados, sus derechos no son respetados, su salud física y psíquica se deterioran día a día en la oficina, en la fabrica, en el lugar de trabajo.
Cabe entonces, volver a preguntarse, ¿por que ocurre este fenómeno? ¿Por qué un par de personas tiene el derecho de maltratar y dañar la salud de los trabajadores? ¿Que es eso de acoso moral?
Solo si se es conciente que el acoso moral, el maltrato laboral, está íntimamente ligado al sistema de explotación capitalista, podremos hallar una respuesta a estos interrogantes. El trabajador es maltratado y dañado, porque en términos de mercado capitalista, es un objeto más, que si se rompe, se daña, se puede reemplazar inmediatamente. Como un tornillo que se rompe se saca, se tira y se reemplaza, el mobbing muestra claramente que el trabajador en este sistema es una cosa, que no tiene derechos y los pocos que tiene son vulnerados: la ley es la del patrón.
El mobbing no es una epidemia como le gusta denominar a varios autores que se han referido a este fenómeno como la “epidemia del siglo XXI”, como si se expandiera por obra y arte de la naturaleza. Por el contrario, el mobbing es un proceso conciente, humano, cargado de intencionalidad, producto del sistema de explotación capitalista. Es una herramienta más con la que cuentan las patronales para reforzar su poder por sobre los trabajadores, reproducir la infelicidad entre los explotados además del miedo a perder el trabajo. Ese trabajador con su labor, debe soportar las condiciones humillantes de trabajo porque necesita el trabajo para vivir. El hombre deja de ser un hombre y se transforma en un instrumento de otro hombre, una cosa para la satisfacción de las necesidades de otro.
Este proceso de destrucción de la salud psicofísica de los trabajadores, de su autoestima, de su felicidad, de sus derechos, de las redes sociales con sus compañeros/as, se lleva adelante mediante infinidad de formas sutiles. El trabajo deja de ser algo que hace felices a los trabajadores, los lugares y las personas se tornan hostiles, comienza a aflorar el sálvese quien pueda, y se pierde de vista que el compañero es tan víctima del maltrato laboral como él.
A la par esto mismo fomenta la continuidad de este perverso proceso de explotación del hombre por el hombre. Los acosadores morales son los patrones, los empresarios, la burguesía, que mejor para ellos que todos peleandose por intereses individuales o sectoriales y que la clase trabajadora pierda de vista quien es realmente el responsable de sus males. El “mobbing” es una faceta mas del proceso necesario para someter a los trabajadores al “orden” de los patrones.
Solo si somos concientes del poder que nuestras fuerzas tienen, podremos lograr parar el acoso moral de los que nos tratan como objetos retornables. Solo si nos unimos a otros trabajadores podremos pararle la mano al “mobbing”, que de nuevo, no tiene sino el nombre. Pero es bueno saber de su existencia, porque nos da la posibilidad de luchar contra él.