Sábado 1ro de marzo de 2003

Las obreras de Brukman en el reino del revés (*)

"Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes son sus amigos.
Todo lo demás merece mi desprecio. Desprecio el poder de un gobierno inocuo.
Desprecio a sus policías y a sus espías". (1)

En marzo de 1909, ciento cuarenta obreras textiles murieron calcinadas encerradas en la fábrica de Nueva York donde trabajaban. Algunas versiones señalan que el dueño de la empresa fue quien causó el incendio intencionalmente, para acabar con la protesta de las trabajadoras que reclamaban una reducción de la jornada laboral. (2)

El presidente norteamericano, en ese entonces, era el republicano Theodore Roosevelt, aquél que solía aconsejar “hable suavemente y cargue una vara grande”; el mismo que ganó el premio Nobel de la Paz por su mediación en la guerra ruso-japonesa a pesar de sostener que “ningún triunfo pacífico es tan grandioso como el supremo triunfo de la guerra.” (3)

Si las obreras neoyorquinas lo hubieran podido entrevistar, ¿cómo habría sido el diálogo? Imagino que el presidente republicano habría dicho que él no podía interferir en el conflicto con el patrón. Y seguramente, algunos funcionarios del partido opositor y -¿por qué no?- incluso quizás alguna sufragista burguesa les habrían dicho a las obreras: “¿Por qué no se conforman con una jornada de 12 horas en vez de 14? ¡Las 8 horas que piden ustedes es demasiado! ¡Si mantienen esa postura intransigente, aténgase a las consecuencias!” (4)

Finalmente, el dueño de la fábrica incendió su propiedad con las obreras adentro para acallar la protesta.
Algunos periodistas que podrían haberse encontrado en el lugar cubriendo la noticia, podrían haber terminado en el hospital con quemaduras de gravedad. Otros, seguramente, habrían huido lo suficientemente a tiempo como para llegar a la redacción del diario y titular con imaginarias letras catástrofe: “Valiente empresario armado con nada más que un fósforo enfrenta salvaje horda de obreras terroristas.”

Podemos apostar a que las vecinas de la fábrica, lejos de creerle a estos últimos periodistas, habrían estado arrojando baldes de agua en el intento de evitar la masacre desatada por el patrón.

A 94 años de aquel acontecimiento, todavía se espera alguna declaración pública de los dirigentes sindicales de la American Federation of Labour.

Nada de esto ocurrió, pero acaso ¿podría haber ocurrido?

Las obreras y el gobierno de la producción y el trabajo

La disposición de las obreras de Brukman a luchar y triunfar es directamente proporcional al intento del gobierno de que el conflicto se desgaste.
Cuando los jueces enviaron a la policía para sacarlas de la fábrica, una noche lluviosa de jueves santo, todos pensábamos que se trataba de una “jugada” de sectores menemistas que intentaban provocar un escenario de “desestabilización” en vísperas de las elecciones presidenciales. (Cuando digo “todos”, me refiero a todos).

Es la única razón que explica el enorme arco político que, inmediatamente, se pronunció frente a las vallas policiales a favor de las obreras y que incluyó a funcionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires firmando un acta que exigía el retiro inmediato de las fuerzas represivas y la restitución de la fábrica a las trabajadoras.

Pero hubo una primera vuelta de elecciones de por medio. Ahora, por primera vez en la historia de Argentina, los ciudadanos estamos llamados a elegir presidente en una segunda vuelta, entre dos candidatos del mismo partido justicialista: Menem o Kirchner -este último protegido por el actual presidente interino Duhalde. Y estos acontecimientos electorales derivaron en que la mayor parte de las fuerzas políticas se alinearan en un gran frente “antimenemista” que incluye a los progresistas funcionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al ARI de Elisa Carrió.

Ésta también es la única razón que explica el enorme arco político que, inmediatamente, se abstuvo de buscar una solución para las trabajadoras de Brukman que hoy se han convertido en una “molestia” para los otrora defensores de la Argentina productiva y del trabajo.

La Sra. de Barrionuevo, Ministra de Trabajo, no da respuestas dignas de ser escuchadas mientras intenta hacer aparecer a las obreras, ante la opinión pública, como intransigentes.

El funcionario de la Ciudad de Buenos Aires que propuso a las obreras que llevaran adelante algo parecido a un “microemprendimiento” -sin diferenciarse mucho de la Ministra de Trabajo-, es Eduardo Hecker, el mismo que hace unos meses impulsara la ley del Compre Nacional, un proyecto que propiciaba que el gobierno de la ciudad priorizara las ofertas de pequeñas y medianas empresas capitalinas en las compras y contratos de servicios del Estado porteño, y que ahora no quiere estatizar a Brukman ni comprar la producción de estas trabajadoras para cubrir las necesidades de los hospitales, las escuelas y el pueblo pobre de la ciudad. Éste, como el mismo jefe de gobierno de Buenos Aires y otros funcionarios que provienen de la centroizquierda, hoy están alineados con Kirchner -el candidato duhaldista- en el ballotage.

Mientras tanto, Delia Bisutti, legisladora del ARI y una de las que más se destaca en sus funciones por sus posiciones favorables a los derechos de las mujeres, opinaba ante una periodista: “No hubo un miércoles del año pasado en que no estuviéramos reunidos con los trabajadores tratando de consensuar una solución legal para que pudieran seguir trabajando en la fábrica sin problemas con la Justicia, pero ellos no quieren otra cosa que la estatización de la empresa y para eso no hay consenso.” Para después agregar: “No quiero ser pesimista, pero aunque vamos a agotar todas las instancias posibles, no veo ahora una herramienta legislativa que les permita conservar la fábrica.” (5)

Estos fanáticos de las democracias y los presupuestos participativos, no dudaron en aclarar que “dar un subsidio es una cosa, y otra es la estatización, que implica que se expropie la empresa y pase a ser patrimonio público. Es decir, que el Gobierno de la Ciudad tendría en su poder una fábrica textil y tendría que pagarle el sueldo a los empleados con el erario público, con lo que se recauda con el cobro de impuestos.” (6)

El reclamo de las obreras, sin embargo, lejos de ser intransigente, es lo más lógico que puede ocurrírsele a cualquiera y ellas lo exponen de la misma manera tan sencilla con que pueden armar un saco elegante para caballeros: “No estamos de acuerdo en aceptar un microemprendimiento destinado al fracaso, como nos proponían los políticos de partidos tradicionales, donde terminaríamos cargando sobre nuestros hombros de trabajadoras enormes deudas y quebrantos y debíamos pagar de nuestro bolsillo las cargas de obra social y jubilación.
Somos obreras y obreros calificados. No puede ser que los políticos pisoteen nuestra experiencia como trabajadoras que puede ponerse al servicio de la comunidad argentina. En nuestro país hay 19 millones de pobres e indigentes y carencias de todo tipo. Nuestra fábrica puede ser parte de la solución y no un problema como lo consideran estos señores políticos que parecen vivir en otro planeta.” (7)

Sacando simples cuentas es como puede arribarse a esta también simple conclusión.

El señor Brukman tiene una deuda con la AFIP - DGI, el órgano estatal que recauda los impuestos, por $ 1.800.000. Se calcula que, al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el empresario le debe más de un millón de pesos. Y, por otra parte, adeuda unos 243.000 dólares al Banco de la Nación Argentina. El patrón robó, huyó... ¡pero nadie quiere pescarlo!

Los comerciantes de la zona donde está la fábrica vieron mermadas sus ganancias durante los cinco días que el gobierno decidió mantener valladas varias manzanas a la redonda, con carros de asalto, perros, guardias de infantería que no permitieron el paso por el lugar. Sin embargo, estos comerciantes afectados deberán pagar, de todos modos, sus impuestos al fisco.

Pero el señor Brukman, a diferencia de estos contribuyentes, corre con la ventaja de un fallo favorable para que le sea restituida la empresa, aún habiendo quebrado otras dos empresas anteriores, aún no teniendo libros contables en regla, aún no habiendo hecho los balances que indica la ley desde el año 1997, aún habiendo pagado los salarios de estas trabajadoras en negro desde 1995, aún sin haber hecho los aportes correspondientes tal como consta en la causa 16328/02 de la ANSES, aún habiendo sufrido clausura del establecimiento, aún cuando la sindicatura labrara un acta el día 26 de diciembre de 2001 en la que se constata el abandono de la empresa Brukman por parte de la patronal que no se presentó siquiera en las tres audiencias que se realizaron en el Ministerio de Trabajo en ese entonces y en la que se pide que se separe a la patronal de la administración de la empresa, mientras se deja constancia de la ocupación pacífica y el cuidado de los bienes por parte de las trabajadoras.

Para Elisa, una de las obreras de Brukman, esto es algo inexplicable. Ella, que sufrió un desalojo violento hace pocos meses de la vivienda que habitaba y que luego fue desalojada de la fábrica en la que trabajaba, ahora se pregunta ¿por qué no desalojan al dueño de Brukman teniendo en cuenta que él le debe tanto dinero al Estado?

Hay una única respuesta posible: no se trata de un problema legal, se trata en todo caso de un juzgamiento político, cuyo fallo encierra una lección capitalista: si las obreras luchan y no aceptan las migajas que proponen los gobiernos, los funcionarios, los políticos, los “progresistas”... sólo les esperan desalojos y represión.

Las obreras entre jueces corruptos y abogados malignamente delirantes

A los personajes siniestros que dieron la orden de desalojar, las feministas los conocen como “jueces de la nación, jueces de la inquisición”. Los ahorristas se refieren a las máximas autoridades del Poder Judicial como “la Corte Suprema de Injusticia”. Las víctimas del terrorismo de Estado saben de ellos por su complicidad con el régimen genocida de Videla y compañía, de allí lo de “jueces basura”, epíteto que rima con dictadura.

El juez de instrucción Jorge Rimondi que ordenó la operación policial del desalojo es el mismo que en 1997, mientras los desocupados comenzaban a cortar las rutas del país protestando de un modo novedoso por los despidos y la falta de trabajo, pedía que la policía sumara 5.000 hombres más a sus filas por el “inusitado crecimiento del delito”.
Semejante clamor que pretendía darle trabajo a 5.000 hombres de armas, seguramente fue oído por la Policía Federal que, en recompensa, lo favoreció ejerciendo una fuerte presión a su favor para que fuera nombrado camarista. El mismo Hugo Anzórregui, antiguo jefe del SIDE inició arduas gestiones para su nombramiento durante la época menemista. (8)

De los otros dos jueces, Bonorino Peró y Piombo, es suficiente decir que ambos estuvieron en funciones durante la dictadura militar.

¡Aquí están, estos son los jueces de la nación... que en un acto digno de tiranos fallaron que “la vida y la integridad física no tienen supremacía sobre los intereses económicos."!

Aún sin saber nada de jurisprudencia, imagino que el fallo encierra tácitamente la idea de que ante todo, está primero la propiedad privada de “la gente como uno, los que somos empresarios, políticos burgueses, los que podemos ir a la universidad e incluso llegar a ser jueces, que tenemos la piel blanca y doble apellido” y luego, después, por debajo, está la vida y la integridad física de “los cabecitas negras, de estas mujeres obreras, gorditas y desaliñadas, algunas inmigrantes bolivianas, de tez oscura y que no saben mucho de leyes”.

Debe ser un fallo ejemplar que, sin embargo, seguramente no sienta jurisprudencia cuando se trata de hablar de otros derechos como el derecho al aborto, porque estos mismos jueces invierten el argumento cuando se trata del derecho de las mujeres argentinas a la propiedad privada sobre nuestros propios cuerpos.

La propiedad y el beneficio económico del empresario tienen supremacía sobre la vida y la integridad física de las obreras.

La integridad física del cigoto, presumiendo que más adelante se transformará en vida, tiene supremacía sobre la propiedad de nuestros cuerpos de mujeres.

Imagino que así habrán pensado mientras las embarazadas eran torturadas en los campos de concentración clandestinos que tenía el Estado en las décadas del terror. ¿Qué pasaría por sus cabezas cuando una madre de las que después llevarían pañuelos blancos en las propias, les presentaba un recurso de hábeas corpus?

La propiedad privada de miles de detenidos - desaparecidos fue repartida como botín de guerra y muchos jueces de esa época participaron también del reparto de niños y niñas arrancados a los brazos de sus madres y padres que luego fueron asesinados.

Mientras tanto, los codos de estas madres septuagenarias, gastados de apoyarse en tiempos pasados en los escritorios de estos jueces esperando una respuesta sobre el paradero de sus hijos, ahora se encontraron, unos con otros, frente a las vallas policiales que rodeaban a Brukman.

Hoy, la propiedad privada del señor Brukman está allí, inmóvil, rodeada de policías, mientras los hijos y las hijas de las obreras son los nuevos “desaparecidos” de esta Argentina donde millones viven en la miseria que nos impusieron unos pocos.

Al representante legal del empresario ni siquiera sé si puede llamárselo abogado. Pagarle los (des)honorarios a un señor para que declare públicamente que la noche del 18 de diciembre de 2001 hubo 30 operarios que “pidieron permiso para pernoctar para terminar un trabajo al día siguiente que era de fundamental importancia entregar a tiempo porque -de esa forma- iban a poder cobrar las dos semanas que se les debía” y agregar que a la mañana siguiente hicieron ingresar a “50 activistas políticos que estaban preparados cerca del lugar”, es francamente irrisorio si uno conoce a las obreras desde los primeros días de esta lucha que ya lleva más de un año y medio.

Empeñado en hacer sus declaraciones aún más ridículas e inverosímiles, el señor Muszkat agrega que en la mañana del 19 de diciembre la fábrica apareció embanderada con carteles y pancartas del Partido Obrero y del MTP. (9)
¡Extrañas visiones la de este mentiroso a sueldo! El 19 de diciembre, las agrupaciones políticas asistían azoradas a los saqueos que se sucedían en el conurbano bonaerense, sin saber aún que existía esta fábrica en pleno corazón de la ciudad. Además, hacía muchos años que el MTP había dejado de existir, mientras sus dirigentes eran encarcelados por el “demócrata” ex - presidente Raúl Alfonsín.

Si no fuera trágico, sería cómico.

Mientras leo las declaraciones del abogaducho Muszkat no puedo evitar una sonrisa, evocando aquella primera vez en que la periodista y activista canadiense Naomi Klein llegaba a la Argentina e intentaba comunicarse con la fábrica para filmar esta experiencia novedosa de autogestión.

La obrera Celia Martínez me decía por teléfono: “Hoy llamó una yanqui que quería venir a entrevistarnos. Pero le dijimos que estábamos muy ocupadas y que no podíamos atenderla. Tenemos que terminar un trabajo que nos encargaron y con tantos periodistas que vienen todo el tiempo a filmar, no podemos hacerlo.” Alertadas de este incidente, algunas activistas solidarias intentaron comunicarse urgentemente con Naomi Klein para pedirle disculpas y ella volvió al día siguiente. Sabíamos que era importante dar a conocer el conflicto en el exterior para buscar más solidaridad. Mientras para las obreras, que aún continuaban confundiendo las siglas que identifican a las agrupaciones de izquierda, lo único importante era trabajar. (10)

Las obreras de Brukman y las tres T... ¿iniciales de qué?

Hasta el día de la fecha, los dirigentes sindicales de la CGT oficial y la CGT “rebelde” no se han pronunciado sobre el conflicto que mantienen las trabajadoras de Brukman, ni sobre la posición del gobierno, ni sobre los dos intentos de desalojo que fueron parados por la movilización popular en ocasiones anteriores, ni sobre el último desalojo hecho entre gallos y medianoche con policías escondidos en colectivos de pasajeros, ni sobre la feroz represión que desataron las fuerzas del orden con gases y balas de goma, ni sobre nada.

Por su parte, la que se presenta como central “combativa”, la CTA, ha seguido los mismos pasos que sus opositoras CGT’s negándose a convocar a una huelga general, a pesar, incluso, del reclamo de algunos de sus dirigentes y de muchos de sus delegados de base, comisiones internas, listas opositoras que la integran, trabajadores afiliados.

traidor -ra (del l. traditore) adj. -s. Que comete traición.

Y su inicial es una T.

Las obreras de Brukman en el reino del derecho

Esta vez, el patrón, en vez de encerrar a las obreras en la fábrica como aquel neoyorquino de principios de siglo, las ha dejado en la calle. Ni el juez, ni la policía ni el gobierno ni los funcionarios de distintos rangos habrán calculado que ese desalojo era la chispa que encendería a una ciudad que, hasta ese entonces, parecía estar en calma.

Miles de trabajadores desocupados, legisladores, jóvenes de escuelas de enseñanza media y de las universidades, académicos e intelectuales, periodistas, camarógrafos y fotógrafos, delegaciones de obreros de Zanon llegados desde Neuquen y otros trabajadores que se acercaron desde distintos puntos del país, feministas, músicos, actores, activistas gays y lesbianas, delegados sindicales, poetas y escritores, artistas plásticos y cineastas, activistas de movimientos sociales europeos y norteamericanos y vecinas y vecinos, muchísimos vecinos mantienen rodeadas a las obreras de Brukman con una enorme solidaridad que se expresa con su presencia física, con las firmas a su petitorio, con la publicación de gigantescas solicitadas en los diarios, con la organización de actividades para la difusión del conflicto, con el aporte económico al fondo de lucha, con los plantones frente a las embajadas argentinas en el mundo, con los mensajes que llegan a través del correo electrónico...

En una de esas muestras de solidaridad, las feministas se acercaron una mañana hasta la carpa de la resistencia que instalaron las obreras, cantando:

Me dijeron que en el reino del revés
un empresario burgués
puede ser un gran corrupto que después
siempre lo defiende el juez

Vamos a ver cómo es el reino del revés

Me dijeron que en el reino del revés
peligrosa debo ser
porque a la policía enfrenté
con un hilo de coser

Las mujeres de las asambleas barriales, luego, les acercaron máquinas de coser y las obreras se pusieron a trabajar para los hermanos inundados de la provincia de Santa Fe, bajo un cartel que rezaba: “¡Cuidado! Mujeres armadas con agujas y dedales”.

La gigantesca red de solidaridad que sigue creciendo alrededor de las trabajadoras de Brukman sólo puede explicarse porque la demanda de las obreras es absolutamente justa y porque cualquiera que ejerza el sentido común se pone inmediatamente del lado de sus reivindicaciones.

Pero en el reino del revés, el sentido común puede ser subversivo. Por eso, se rumorea que, si en el ballotage sale electo presidente el candidato peronista o, de lo contrario, sale electo presidente el otro candidato peronista, el primer decreto que emitirán para evitar que se siga propagando este apoyo a las trabajadoras de Brukman entre la población ordenará PROHIBIR LA LOGICA.


Notas:
(*) Publicado en Rebelión , mayo de 2003. Andrea D’Atri es miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, cuyas abogadas ejercen la representación legal de las obreras de Brukman, entre otros.
1 Fragmento de la declaración de George Engel, obrero gráfico y uno de los mártires de Chicago, frente al tribunal que lo condenó a muerte luego de un juicio plagado de falsificaciones, en 1886.
2 El hecho ocurrió, pero hay distintas versiones sobre cuál fue el motivo del incendio y si el mismo fue intencional o no. La versión más difundida es la que cuento y que muchas investigadoras señalan como origen de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. El supuesto diálogo que sigue entre las obreras y el presidente norteamericano y otros personajes es ficticio.
3 Theodore Roosevelt fue presidente de los EE.UU. desde 1901 hasta 1905 y tuvo un segundo mandato desde 1905 hasta 1909.
4 En particular en los EE.UU., las demandas por igual derecho al sufragio para las mujeres blancas fue defendido por algunas feministas con el argumento de que así como los hombres negros no tenían derecho al voto, tampoco lo tenían las hijas blancas de la burguesía (usado así como un argumento denigrante). Su racismo y el apoyo que muchas de sus líderes dieron a la continuación de la esclavitud, hicieron de ellas claras enemigas de la clase obrera. Justo es decir que, muchas otras luchadoras feministas por el derecho al sufragio universal combatieron también el racismo y la explotación, algunas de las cuales se integraron a las filas del Partido Socialista.
5 Palabras de la legisladora Delia Bisutti, del ARI, en Revista Parlamentario, 4/5/03
6 Palabras del jefe de gobierno de la Ciudad de Bs. As., Aníbal Ibarra en Revista Parlamentario, 4/5/03
7 Volante de las trabajadoras de Brukman.
8 Los datos fueron publicados en un artículo de Página 12, firmado por Adriana Meyer.
9 Palabras de Jaime Muszkat, en Revista Parlamentario, 4/5/03
10 Naomi Klein luego volvió al país, donde todavía se encuentra trabajando arduamente con los movimientos sociales y las fábricas autogestionadas. También estuvo presente hace pocos días, cuando la policía reprimió a los manifestantes frente al vallado en Brukman. Ella puede dar cuenta de esta anécdota que relato sobre su primera visita.