Lunes 1ro de septiembre de 2008

Juicio a Militares en Neuquén. Quinta jornada

“Digan que hicieron con nuestros hijos”

En esta quinta jornada del juicio a 8 militares que actuaron en la Región, tuvo como testimonios salientes los de los padres de Oscar Alfredo Ragni: Inés Rigo de Ragni, integrante de Madres de Plaza de Mayo - Alto Valle y Oscar Ragni, integrante de la Corriente Militante por los Derechos Humanos.

  • Ragni señala a los genocidas (Fuente Diario Rio Negro)

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Digan que hicieron con nuestros hijos

Con su pañuelo blanco y de pie frente a los militares, Inés Rigo de Ragni, increpó a los militares para que le dieran explicaciones sobre que hicieron, no sólo con su hijo Oscar Ragni la única víctima desaparecida que se investiga en este juicio, sino por todos los compañeros y compañeras detenidas desaparecidas, diciéndoles a los ojos: “Olea, Barrera… digan que hicieron con nuestros hijos? donde están?” A lo que los inmutables genocidas, que siquiera pudieron mirarla, mantuvieron su pacto de silencio.

Previo a increparlos, Inés comenzó su fuerte y emocionante declaración temprano en la mañana cuando la Sala se lleno al canto de “Madres de la Plaza el pueblo las abraza”, e Inés juraba decir verdad por “los Santos Evangelios, mi hijo y los 30.000 desaparecidos”.
Inés con una entereza ejemplar, relató las circunstancias en que fue secuestrado su hijo Oscar Alfredo Ragni, quien era estudiante de arquitectura en La Plata y militante universitario, pero que fue secuestrado de la puerta de la casa de sus padres en Neuquén. Señaló como un sobrino -que trabajaba en inteligencia del Ejército y con él que desde entonces perdieron todo contacto- marco la casa minutos antes del secuestro el 23 de diciembre de 1976. Y cómo luego recorrieron las comisarías, batallones, destacamentos… golpearon todas las puertas y sólo recibieron respuestas evasivas.

Un momento alto de la declaración fue cuando Inés se dirigió al Tribunal y le dijo “ustedes, Sres. Jueces tienen unas madres que parimos 30.000 hijos… No me olvido lo que hicieron… No quiero venganza… Pero quiero la verdad.” Para que pudiera ampliar, desde la querella del CeProDH, le preguntamos ¿Cuál sería esa “verdad”? e Inés dijo “esa verdad que buscamos hace 32 años… le preguntamos a los señores que hicieron con nuestros hijos.” Arrancando, una vez más, un cerrado aplauso del público, que finalmente volvió a despedir a Inés al coro de “Madres de la Plaza el pueblo las abraza”, mientras desde afuera seguían retumbando los cantos de militantes de organismos de Derechos Humanos, del PTS y la Agrupación juvenil No Pasaran, quienes estaban a cargo de la batucada.

Los acuso de Genocidas

En otra emocionante y fuerte declaración, Oscar Ragni con igual fortaleza que Inés, ratifico todos sus dichos respecto a las circunstancias del secuestro de su hijo y todas las acciones que hicieron por saber su paradero.

A su vez, denunció con claridad el plan sistemático que constituyó el genocidio en nuestro país. En primer lugar, remarcó que todos los militares son culpables, cuando afirmó: “se conjuraron para que ninguno pudiera acusar a otro, por que era su propia acusación.

Sometieron al pueblo a un genocidio para terminar con un grupo de gente que luchaban por una sociedad mejor.”

Por su parte, acusó al poder político que permite seguir actuando a los genocidas, “porque sino no hubiera desaparecido un testigo importante como Jorge Julio López, no hubieran asesinado a Febres, ni se habría escapado Corres.”

Por eso, con total claridad, dijo “Yo los acuso de genocidas y pido cadena perpetua y cárcel común”.

Por su lado, declaró Raúl Radonich, quien es sobreviviente de “La Escuelita”, pero que su caso no se investiga en este tramo debido a la política judicial de desmembrar las causas, en lugar de Juzgar a todos los genocidas por todos los compañeros.

Radonich explicó como la existencia de “La Escuelita” era un secreto a voces entre los militares, cuando hizo el servicio militar obligatorio meses antes de ser secuestrado y ser víctima de torturas en ese centro clandestino de detención.

A su vez, señaló las consecuencias del genocidio al indicar como con la dictadura militar aumentó exponencialmente la deuda externa y que las consecuencias económicas y sociales las seguimos sufriendo al día de hoy.

Otro Genocida vino a mentir

Como sucedió anteriormente con el médico militar Lopéz Prume, hoy otro genocida en lugar de estar en el banquillo de los acusados vino a mentir descaradamente, por lo que desde el CeProDH solicitamos se detenga e investigue a Aldo Torino, quien revistió en el ejército desde el año ‘53 al ‘85.

Cárcel común y perpetua por genocidio

Desde el CeProDH, seguimos convencidos que con cada valiente testimonio de las víctimas y sus familiares, como Oscar e Inés, se va confirmando que los trabajadores y el pueblo fuimos víctimas de un genocidio de clase que tenía por objetivo de instaurar un plan económico que mantienen hasta hoy, y para ello era necesario aniquilar a una generación militante que se oponía concientemente a ese plan.

Pero a su vez, cada uno de los genocidas que vienen en calidad de “testigos”, confirman que la impunidad continúa al día de hoy, porque el aparato represivo continúa intacto y los cómplices civiles, como el 95% de los militares, continúan impunes.

Por eso sostenemos que, para conseguir una condena a cárcel común, perpetua y por genocidio, es necesaria la mas amplia movilización en las calles.