Represión e Impunidad

Lunes 20 de octubre de 2014

Declaración

A Luciano Arruga lo mató la maldita policía. Juicio y castigo a los culpables

La aparición del cuerpo de Luciano en el Cementerio de Chacarita, casi seis años después de su desaparición y luego de las innumerables denuncias de su familia y de todos los organismos que estuvimos acompañando el reclamo de aparición con vida de Luciano, vuelve a mostrar las brutales consecuencias del la complicidad del estado y la justicia con la policía. Cuando la policía está implicada, el encubrimiento se vuelve norma.

A Luciano Arruga lo mató la maldita policía

Movilicémonos por el juicio y castigo a los culpables

La aparición del cuerpo de Luciano en el Cementerio de Chacarita, casi seis años después de su desaparición y luego de las innumerables denuncias de su familia y de todos los organismos que estuvimos acompañando el reclamo de aparición con vida de Luciano, vuelve a mostrar las brutales consecuencias del la complicidad del estado y la justicia con la policía. Cuando la policía está implicada, el encubrimiento se vuelve norma.

Desde el CeProDH nos ponemos a disposición de su familia para conseguir el juicio y castigo a los culpables del asesinato de Luciano y a los responsables políticos y judiciales cómplices. Así lo hicimos desde el primer momento, convencidos de que a Luciano lo desapareció y asesinó la policía Bonaerense.

Como dijo su hermana Vanesa, “hay quienes pueden informar que fue un accidente o hay quienes pueden decir la verdad”, que está comprobado que la policía de la Matanza lo detuvo ilegalmente ese día, que los peritajes dieron positivo demostrando que estuvo en el Destacamento que pertenece a la Comisaría 8va de Lomas del Mirador -que funcionó como Centro Clandestino en la dictadura- y en los patrulleros de esa comisaría.

Ninguna manipulación política y judicial puede borrar esto.

Ninguna manipulación política puede borrar la pelea de su familia, acompañados por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y políticas movilizándonos conscientes de que era la única manera de enfrentar a las instituciones estatales y judiciales cómplices, que defienden incondicionalmente a sus fuerzas represivas.

Ninguna manipulación política y mediática pude borrar que a Luciano la policía le ofreció robar para ellos y que al negarse sufrió la persecución, el hostigamiento y las torturas.

Fue la propia investigación de su familia, su fuerza y perseverancia a pesar del maltrato constante, junto con la movilización la que logró que los medios masivos, luego de negarse sistemáticamente a denunciarlo, tuvieran que reflejarlo en sus noticias.

Luciano se convirtió en una bandera para miles de jóvenes en la Matanza y en todo el país, porque se quería lograr el juicio y castigo y porque Luciano representaba a miles de jóvenes pobres, a los que esta década “ganada” no les ha dado nada ni trabajo, ni salud ni educación. Lo que si les ha dado el gobierno es vivir con sus barrios militarizados, estigmatizándolos, mostrándolos en el imaginario social como enemigos culpables de la inseguridad. Les ha dado ser presas de las mafias policiales, dándoles como alternativa en su vida , salir a robar para ellos o ser asesinados como Luciano.

El gobierno nacional, el gobierno provincial de Daniel Scioli y el intendente de la Matanza son responsables. Por el silencio, encubrimiento e impunidad en estos seis años.

El caso de Luciano cuestiona abiertamente que la solución al problema de la llamada inseguridad sea saturar los barrios de policías y distintas fuerzas represivas. Porque son ellas las que manejan el gran delito, el nacotráfico, las redes de trata y de prostitución y el reclutamiento de jóvenes de las barriadas para utilizarlos como mano de obra descartable. Porque son ellas las que asesinaron a más de 3000 jóvenes con su llamado gatillo fácil, 1500 solamente durante el gobierno kichnerista.

Como desde el primero momento, no vamos a aceptar ninguna manipulación que intente encubrir la verdad. A Luciano lo mató la policía y el poder político cómplice.

Exigimos el juicio y castigo a los culpables, empezando por los policías del destacamento de Lomas del Mirador que siguen en funciones y siguiendo hasta el último responsable material y político de su desaparición y su muerte. Esto sólo lo lograremos mediante la movilización de miles de jóvenes, trabajadores, junto a los organismos de derechos humanos, centros de estudiantes, organizaciones sociales y de izquierda.

CeProDH

Centro de Profesionales por los Derechos Humanos

Contacto:
Alejandrina Barry; 15 5834 2351




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