Domingo 1ro de agosto de 2004

Denuncia de "complot", Un intento de legalizar la masacre de Avellaneda

El 27 de junio, a horas de la masacre de Avellaneda, el renunciado Ministro Vanossi, haciendo honor a una concepción tradicional en su partido, se presentó a la justicia a denunciar que las acciones de corte de puentes formaban parte de un plan que se venía urdiendo para derrocar al Duhalde.

La causa recayó en el juzgado del famoso Oyarbide, que se declaró incompetente y pasó las actuaciones al jugado de Canicoba Corral, aduciendo que ya tiene otra causa similar, originada en enero por una denuncia del ex SIDE, Carlos Soria. Otra parte de la causa fue remitida a Lomas de Zamora por competencia territorial.

El fiscal federal Stornelli, visualizando rápidamente la existencia de “un posible complot tendiente a desalojar al presidente de la Nación del Gobierno Nacional”, ordenó varias medidas de prueba para dar impulso a la causa.
La investigación se seguiría por la comisión de variados delitos, como corte de ruta, instigación a cometer delitos, intimidación pública, etc.

Según fuentes periodísticas, Vanossi da cuenta de “la existencia de un plan de lucha emprendido por las organizaciones piqueteras con el objetivo de acabar con el gobierno del Presidente de la Nación, plan que se plasmaría en un corte de rutas en todo el país el 26 de junio, continuando el 9 de julio donde se buscaría otro 19 y 20 (de diciembre) acompañando las Asambleas Populares a Plaza de Mayo”. También incluyó al dirigente Raúl Castells por declarar “convocando a la gente a concurrir a Plaza de Mayo con palos, gomeras y encapuchados para generar el levantamiento popular y provocando otro 20 de diciembre”.

Pide además investigar las declaraciones de dirigentes de los desocupados y de la izquierda por haber “acusando a la Policía Bonaerense por los hechos acaecidos en Avellaneda”.
Pero una vez invitado a renunciar Vanossi, el ex Ministro relativizó la denuncia e indicó que la efectuó por prescripción de Duhalde, reconociendo ante el juez que no tenía elementos concretos para sustentarla. O lo que es lo mismo: reconoce que hubo persecución y que la causa fue armada sólo con ese fin.

Complot para matar y perseguir a los que luchan
¿Cómo justificar y legitimar la persecución, el “espionaje” y la intimidación a los luchadores y sus organizaciones? Inventando esta ridícula causa de complot.

No les alcanzó con reprimir, herir de bala, encarcelar y matar. Los mismos que ordenaron la bestial represión y que mataron a Darío y Maxi, ahora quieren investigar y citar a declarar a dirigentes de organizaciones piqueteras y de partidos de izquierda. Esto no es otra cosa que el intento de legitimar la masacre de Avellaneda y los ataques a las libertades democráticas elementales, como el derecho a la libre expresión, de reunión, organización y petición.

Sin embargo, mientras en los pasillos de Comodoro PY se seguían buscando y rebuscando argumentos de conspiración, en las calles se desataba el masivo repudio a la represión y el profundo odio hacia la policía asesina. Mientras enormes sectores del pueblo exigen “que se vayan todos” y reclaman trabajo y una vida digna, el gobierno y la camarilla de jueces y fiscales habla de complot.

Lamentablemente esta causa, secreto de sumario mediante, no ha transcendido masivamente. Debemos exigir mediante acciones unificadas y urgentes que se dé conocimiento de la causa y que la misma sea cerrada sin más. Y denunciar el único y verdadero complot: el operativo conjunto que terminó con las vidas de los compañeros Costeki y Santillán.