Martes 11 de julio de 2006

Cárcel efectiva, común y perpetua para todos

Siguen las audiencias en el juicio al genocida Etchecolatz

A modo de adelanto, aparecen importantes datos sobre la pertenencia a comisiones internas de fábrica -centralmente de la zona sur del Gran Buenos Aires como SAIAR o Yelmo- de los compañeros que poblaban esos centros clandestinos de detención conocidos como “el Circuito Camps”. Surge de estos testimonios que trabajadores docentes y profesores universitarios compartían cautiverio con (muy) jóvenes estudiantes secundarios y universitarios1.
Sus relatos conmueven hasta las lágrimas cuando se vuelve a construir la historia de esta vanguardia de trabajadores y jóvenes que padeció los tratos más aberrantes, incluyendo la participación en las torturas de un cura que se hacía llamar “Manolete”; es en realidad, Monseñor Callejas, el mismo que atendía a los familiares de los desaparecidos en la Catedral de La Plata.

Cárcel: efectiva y perpetua
Los medios de comunicación reflejaron sólo una parte del debate que tuvimos estos días en la sala de audiencias. Uno de estos debates se dio a partir del pedido de una de las querellas que, con conocimiento de que Etchecolatz tiene una pistola calibre 9mm, solicitó que se revoque la detención domiciliaria y su pase a un establecimiento carcelario, remarcando la peligrosidad del imputado. En representación de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos y del conjunto de víctimas y de organizaciones que representamos, expresamos que es nuestra firme posición, y así lo venimos exigiendo en cada causa de esta especie, que los beneficios de la ley para delitos comunes no pueden servir para continuar amparando la libertad de estos genocidas; que la calidad de los delitos que cometieron son elemento suficiente para que se revoque la domiciliaria y que pasen a cárcel común sin ningún privilegio. Señalamos también, que oportunamente apelamos la decisión que le concedió la libertad en esta causa, cuestión que se encuentra pendiente de resolución en la Cámara de Casación. El Tribunal, con voto dividido, revocó la medida que gozaba Etchecolatz y ordenó que pase a unidad carcelaria común.

Civiles que fueron parte del plan genocida
Desde que se declararon nulas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, el Gobierno no tomó ninguna medida para efectivizar el juicio a los militares, ni siquiera para que los que ya están detenidos en sus bases militares pasen a cárcel común. Pero ahora, una vez que se logra llevar a un genocida a juicio oral, intentan montarse sobre ello para que aparezca como un “logro de la gestión K”. Así pudimos ver al presidente en España hablando del tema, y en Argentina la Secretaría de Derechos Humanos -del mismo gobierno que se negó a anular los indultos- presentándose en las causas que ya estamos trabajando los organismos de DD.HH., para supuestamente impulsar la inconstitucionalidad de los indultos. El caso más resonado es una causa por secuestro contra José Alfredo Martínez de Hoz
Por nuestra parte, seguiremos luchando por avanzar en el efectivo juzgamiento de todos los que participaron en el aparato del Estado durante la dictadura, como Martínez de Hoz -presidente de Acindar- y demás funcionarios civiles, que son tan responsables del genocidio como cualquier milico. El ex ministro es responsable del secuestro en cuestión por el que ya fue condenado e indultado y bien preso debe estar, pero también por todos los compañeros detenidos desaparecidos bajo su gobierno, debe ser condenado a cadena perpetua.
No hubo errores y excesos, fue un plan de exterminio al servicio de los grandes empresarios que en el ’76 fueron los grandes instigadores del golpe militar y que hoy conservan intacto su dominio.

1 Una testigo, víctima de lo que se conoce como “La Noche de los Lápices” contó cómo la golpeaban enojados porque de tan chiquita se le salían las esposas.