Jueves 26 de junio de 2008

Causa Fuentealba

Sobisch Testigo en causa Fuentealba

El ex gobernador Jorge Sobisch, responsable político del asesinato de Carlos Fuentealba, fue llamado como testigo en la causa Fuentealba I, donde se investiga la responsabilidad del policía Darío Poblete como autor material del fusilamiento de Carlos.
Desde que comenzó este juicio -Sobisch- huyó de la provincia de Neuquén hacía la de Mendoza y desde allí vía fax, intento justificar su ausencia para el martes 24, donde se lo esperaba con una movilización de más de 2000 compañeros, en el marco de un paro de la CTA y el Sindicato Ceramista.
Finalmente, intentando evadir la movilización popular en su contra, el ex gobernador se presentó el miércoles 25 custodiado por un importante operativo policial, mientras afuera manteníamos la movilización con cientos de docentes, estudiantes, ceramistas y organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos. Que no dejamos de señalarlo como el responsable máximo del asesinato de Carlos bajo el grito de “asesino, asesino”

  • Sobisch

1 / 1

El ex gobernador Jorge Sobisch, responsable político del asesinato de Carlos Fuentealba, fue llamado como testigo en la causa Fuentealba I, donde se investiga la responsabilidad del policía Darío Poblete como autor material del fusilamiento de Carlos.

Desde que comenzó este juicio -Sobisch- huyó de la provincia de Neuquén hacía la de Mendoza y desde allí vía fax, intento justificar su ausencia para el martes 24, donde se lo esperaba con una movilización de más de 2000 compañeros, en el marco de un paro de la CTA y el Sindicato Ceramista.

Finalmente, intentando evadir la movilización popular en su contra, el ex gobernador se presentó el miércoles 25 custodiado por un importante operativo policial, mientras afuera manteníamos la movilización con cientos de docentes, estudiantes, ceramistas y organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos. Que no dejamos de señalarlo como el responsable máximo del asesinato de Carlos bajo el grito de “asesino, asesino”

Una vez dentro del Tribunal, secundado por lo más rancio del MPN y sus hijos, Sobisch entró tan altanero como lo hace Poblete, el otro asesino presente en la sala. Apenas miró despectivamente al publico, y comenzó su declaración planteando al tribunal: “…considero que tengo la obligación de presentarme como ex gobernador, ex intendente de la ciudad de Neuquén, ex presidente del MPN en una causa que ha conmocionado a la sociedad neuquina y a todo el país”… “no estoy dispuesto a contestar ninguna pregunta que tenga la intención de auto incriminarme, ya que conozco mis derechos como testigo”, prosiguió.

Con su altanería característica, contestó a cada pregunta en forma ambigua y esquiva, y sólo fue claro al responder que él había dado órdenes expresas a quien fuera el jefe de la Policía provincial Zalazar, de liberar la ruta “pero sin violencia”. Asimismo, que él no podía responder por los hechos ocurridos en la represión del 4 de Abril de 2007.

Su cinismo, llegó a su punto culmine al expresar: “… luego de los hechos de Arroyito, prescindí del jefe de Policía, ya que era tan grave la desgracia que sufrimos todos los neuquinos que era necesario reconstruir la paz social.” Pese a que todos recordamos que en aquel momento asumió su responsabilidad política en conferencia de prensa.

La circunstancia de que Sobisch pueda ser convocado como testigo en esta causa y no como lo que debería ser: imputado; se debe a la maniobra que lleva adelante la Justicia como consecuencia del pacto de impunidad Sapag-Sobisch, que mediante un desdoblamiento de las causas las investiga como si fueran dos casos distintos e imputa a los mandos policiales una simple negligencia.

Todos los trabajadores del país que a lo largo de estos 14 meses desde aquella represión nos movilizamos por la cárcel y castigo a todos los responsables políticos y materiales del asesinato de Carlos Fuentealba, sabemos que no hubo ninguna “negligencia”, sabemos que Sobisch dio la orden y, que desde él, pasando por Pascuarelli y Zalazar, hasta Poblete que jaló el gatillo, son los asesinos de Carlos.

La condena a perpetua a Poblete debe ser el primer paso en el camino de exigir, juicio y castigo a todos los responsables materiales y políticos del asesinato de Carlos Fuentealba y basta de represión a los trabajadores.